
En un fresco atardecer, con los últimos rayos solares del ocaso, un tenue viento y un gentil arcoiris formado por la reciente lluvia, con la melodía natural de las plantas en primavera, un niño piensa sobre el incierto porvenir de su vida, no duda y afirma “SERE SOLDADO” y lo cumpliré, pero ¿porqué me gusta soñar, desear y jugar a ser soldado? . . .
Ahora, 28 años más tarde, se responde:
Por hacer cumplir mi sueño y anhelos de niño,
que con inocencia proyectaba mi ilusión hacia
el futuro, visualizándome como un hombre de
uniforme, de bien y de valor al servicio de la
patria.
Por la inclinación al uso profesional, moderado y racional de las armas, representativas de fuerza y poder de mi país; que deposita en el Soldado la confianza y honor de convertirlo en garante de la soberanía e integridad.
Porque la nobleza y estoicismo de la profesión
militar, inculcan a conocer los riesgos, evadir
temores y respetar la vida, pero ofrendarla de
ser necesario, como remembranza y homenaje
a quien en la cruz se entregó por nosotros.
Por la gallardía manifiesta y heredada , que
inyecta el patriotismo y eriza la piel, orden,
marcialidad y disciplina de un Ejército glorioso
que aflora un sentimiento interno puro
impulsado por el espíritu natural guerrero.
Para convertirme en líder, guía y conductor
de voluntades, almas y hombres, diferentes,
abnegados, entusiastas, sacrificados y
voluntarios entregados a Guatemala.
Para ser el primero en marchar en defensa
de mis hijos, familia y los pueblos que, verán
al Soldado alcanzar la victoria o inmortalizar
su nombre en la búsqueda de la paz. . .
“NO EXISTE EL MEJOR SOLDADO, UNICAMENTE LA MEJOR MENTALIDAD MILITAR”
Byron Giovanni Godínez
Cap. 1ro. Rva. Inf.
byrongodinez@hotmail.com
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