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BIENVENIDOS

Capitán 1ro. de Rva. de Infantería BYRON GIOVANNI GODINEZ, actualmente estudiando en el Curso Avanzado de Armas del Comando Superior deEducación y Doctrina del Ejército (COSEDE), Guatemala.

No existe el mejor soldado, únicamente la mejor mentalidad militar.
GBG



sábado, 30 de enero de 2010

EL PAPA JUAN PABLO SEGUNDO COMO LIDER


(REALIZADO POR. CAPITAN 1RO. DE SANIDAD MILITAR
CLAUDIA MARIBEL LOPEZ DARDON)



Karol Józef Wojtyla
(n. Wadowice, Polonia; 18 de mayo de 1920
† Ciudad del Vaticano; 2 de abril de 2005)

JUAN PABLO II
EL PAPA PEREGRINO

Karol Józef Wojtyla (n. Wadowice, Polonia; 18 de mayo de 1920 – † Ciudad del Vaticano; 2 de abril de 2005) fue un Papa de la Iglesia Católica, Monarca y Soberano de la Ciudad del Vaticano de 1978 a 2005. Anteriormente, había sido Obispo auxiliar (desde 1958) y Arzobispo de Cracovia (desde 1962). Papa número 264 de la Iglesia Católica. Fue el primer papa polaco en la historia, y uno de los pocos en los últimos siglos que no nacieron en Italia.
Su pontificado de 26 años ha sido el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, después del de San Pedro (se cree que entre 34 y 37 años) y el de Pío IX (31 años).
En 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II sufrió un atentado contra su vida perpetrado por Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. Meses después, fue perdonado públicamente.
Su salud se quebrantó en los primeros meses de 2005, cuando tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias.
Falleció el 2 de abril de 2005 a las 21:37 horas (hora de Italia). Pocos minutos después Monseñor Leonardo Sandri anunció la noticia a las personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al mundo entero. Los días después de su muerte, algunos periódicos publicaron que su última palabra fue "Amén" sin embargo el Vaticano desmintió esta versión y afirmó que las últimas palabras fueron "Déjenme ir a la casa de mi padre".
Infancia y juventud
Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, un pueblo de Polonia cercano a Cracovia.
Era el menor de los dos hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios". Cuando Karol aún era muy pequeño su madre le decía a otras mujeres: "Verán que mi pequeño Karol será una gran persona". Su madre falleció cuando él tenía nueve años (en el año 1929). Su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, por contagio de una enfermedad cuando curó a un humilde hombre. Junto con su padre se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad de Jagellonica; su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941, durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi, su padre siempre lo guió en el camino de la fe y el amor por los semejantes.

Karol Wojtyla a los 12 años.
Al terminar sus estudios de educación media, una época en la que destacó como consumado ajedrecista (llegando a proclamarse vencedor en varios campeonatos estudiantiles), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y también en una escuela de teatro. Cuando las fuerzas de ocupación alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar ser deportado a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia. En esa época, se unió al grupo del célebre actor polaco Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro Rapsódico, con el cual interpretó papeles de contenido patriótico.
También participó en la resistencia contra Alemania, para ayudar a salvar a familias judías. Posteriormente, su situación se complicó en Polonia y debió refugiarse en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.

Educación pastoral

Karol Wojtyla como sacerdote en Niegowic, Polonia, 1948.
En 1943 ingresó en el seminario clandestino que había fundado Monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. Fue ordenado como padre el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal.
Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo Angelicum, obteniendo el doctorado en Teología con la tesis El acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz.
En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowic, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellonica. El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad.
Era muy popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursiones, cosa que no era común en esos tiempos y podía llamar la atención de las autoridades policiales.
Nombrado profesor de Teología Moral y Ética Social del seminario metropolitano de Cracovia, el día 1 de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin, en la que dos años después fue nombrado director de dicha Cátedra
Obispo en Polonia
El 4 de julio de 1958, el Papa Pío XII le nombró obispo auxiliar de la arquidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Eugeniusz Baziak.
A partir del 11 de octubre de 1962, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa. El 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos. En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Cracovia. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con 47 años de edad.
Pontificado
El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de apenas 33 días, y el 16 de octubre de 1978, tras dos días de deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro, adoptando el nombre de Juan Pablo II, y convirtiéndose, con 58 años, en el Papa más joven del siglo y en el primero no italiano desde el holandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 25 de enero de 1979 comenzó el primero de sus 104 viajes fuera de Italia, a República Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en Francia.
Juan Pablo II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del mundo contemporáneo. Ello en cinco direcciones:
• Nueva evangelización: mediante una renovación de la fidelidad a la persona de Jesús de Nazareth y su mensaje de amor universal, en especial hacia los marginados y desfavorecidos, anunciándolo a todos los pueblos, con gran preocupación por la descristianización de Europa.
• Ecumenismo: mediante el diálogo y el encuentro con las demás iglesias cristianas y todas y cada una de las confesiones religiosas.
• Compromiso ético y social: asumiendo la defensa de la dignidad de la persona y los derechos humanos, así como la promoción de la diversidad cultural de los pueblos y el impulso de la justicia social y la moral personal. Ha sido en este punto donde Juan Pablo II ha sido más discutido, al oponerse por igual a las dictaduras marxistas y al capitalismo liberal y, muy especialmente, en su condena del aborto, la contracepción y la fecundación artificial, en aras de una visión tradicional de la defensa de la vida y la familia. En este terreno Juan Pablo II ha mostrado una clara desconfianza hacia lo que consideraba una cultura de la muerte fruto de un materialismo occidental, al que veía como hedonista, relativista e insolidario.
• Lucha por la paz: a través de la mediación en múltiples conflictos y la condena enérgica de la guerra y la carrera de armamentos, así como la incentivación de iniciativas de reconciliación y el combate de las desigualdades.
• Rigor doctrinal: Juan Pablo II ha condenado las posiciones más extremas de la Teología de la Liberación pero ha sido más contundente con el ala más conservadora del catolicismo al excomulgar a monseñor Marcel Lefebvre y desautorizar su movimiento. Juan Pablo II ha dado reconocimiento a teólogos en su día sancionados o cuestionados por sus posiciones aperturistas, creándolos cardenales (Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, Yves Congar o Walter Kasper, a quien puso al frente de la acción ecuménica de la Iglesia). Sin embargo, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por Joseph Ratzinger fue inflexible con Hans Küng, ya condenado por Pablo VI, Bernhard Häring o Leonardo Boff, debido a sus posiciones reformistas en materia de teología dogmática y moral y su oposición al magisterio papal. Juan Pablo II se ha mostrado desfavorable a dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar, al matrimonio de los sacerdotes y a la ordenación de las mujeres.
A lo largo de sus casi 27 años de pontificado nombró a un total de 232 cardenales.
Como Papa, Wojtyla impuso un estilo desusado al desechar la silla gestatoria usada por sus antecesores para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle y de las multitudes, mostrando sus simpatías por niños y adolescentes. Debido a sus múltiples viajes al extranjero fue conocido entre los medios católicos, en particular en América Latina, como «el atleta de Dios», «el caminante del Evangelio», el «Papa viajero» o el «Papa peregrino».3
Durante su prolongado mandato, Juan Pablo II superó numerosas marcas: no sólo fue el pontífice más viajero hasta el momento, sino también el que proclamó más santos y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años anteriores).
Antes de ser elegido Papa, Wojtyła, poeta, filósofo y dramaturgo, había escrito la obra teatral El taller del orfebre,4 convertida en ópera rock y siendo presentada en España en los inicios de los años 1980.
Desde el atentado sufrido el 13 de mayo de 1981 comenzó a sufrir diversos problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro, y, desde los años 1990, tuvo que sobrellevar la enfermedad de Parkinson, de origen genético.
Esto no impidió que, a fines de los años 80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el entonces bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.
El 1 de julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia -como consecuencia de la tragedia de Armero en Tolima- y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25.000 muertos de esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual murieron 80 personas.
Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Iraq. En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle, entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un enfrentamiento.
Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo Marcel Lefebvre (1988). Este año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria), siendo la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires, Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila, Czestochowa (Polonia), París (Francia), Toronto (Canadá), Köln (Alemania), Sidney (Australia) y próximamente en Madrid (España) en el 2011.
También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia Católica en los países europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales del pueblo palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994, ofició misa en la Plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.
Juan Pablo II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia Católica entre ellos, el del científico italiano Galileo Galilei (1564 - 1642) a quien la Inquisición le hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.15
Su gran deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el Jubileo del 2000. En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa, Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.
Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la Iglesia Católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia Católica china a la Santa Sede, además de haber conflictos con el Vaticano a causa de su reconocimiento de Taiwán desde 1949.
Muerte
Al ser anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación en el Vaticano se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así permanecieron.
Su muerte se produjo el 2 de abril de 2005 a las 21:37 hora de Italia, debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de parkinson. Tenía 84 años.
RELACIONES INTERNACIONALES.
Al inicio del pontificado de Juan Pablo II , la Santa Sede tenía relaciones diplomáticas con 84 estados. Al fallecer este Papa, las tenía con 173. Igualmente, participa como miembro pleno derecho o como observadora en varios organismos internacionales y regionales.
Las 104 visitas internacionales de Juan Pablo II han sido realizadas mayoritariamente en su doble calidad de jefe de estado y el de cabeza de la Iglesia Católica. Por ello el gesto del jefe de estado del país receptor (si es de cultura cristiana) de saludarle primero con la mano (tratándose del encuentro de dos jefes de estado) y eventualmente después con la clásica reverencia y besamanos. El primer viaje que Su Santidad Juan Pablo II hizo fue a Santo Domingo, Republica Dominicana desde donde se trasladó a México, al que el llamaba "México siempre fiel", una frase que se ha vuelto inmortal. Los dos países de América Latina que más visitó, fueron México en cinco ocasiones y Brasil en cuatro.
Juan Pablo II demostró además ser un hábil diplomático, recién asumido su pontificado debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis prebélica existente entre Argentina y Chile a causa de la aplicación del Laudo Arbitral dictado por la Reina Isabel II de Inglaterra referente al conflicto del Canal Beagle. En momentos en que ambas naciones tenían sus tropas desplegadas a lo largo de la frontera, existen incluso evidencias que indicarían el inicio de las operaciones militares. Juan Pablo II, aprovechando los vínculos de los militares con la Iglesia, influyó decisivamente en impedir el inicio de las hostilidades enviando al Cardenal Antonio Samoré como su representante, obteniendo la separación de las fuerzas y el inicio de un proceso de mediación que culminaría el 29 de noviembre de 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amista entre ambos países.
Fue un extraordinario políglota, ya que no sólo llegó a dominar el polaco, esperanto, griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán, sino que también tuvo suficientes conocimientos del checo, lituano, ruso y húngaro, además tenía conocimientos de japonés, tagalo y varias lenguas africanas. Fue un gran deportista en su juventud. Ha sido el primer Papa en hacer uso intensivo de los medios de comunicación y, en especial, de Internet para hacer llegar su mensaje, además de tener acercamientos con líderes de religiones tales como la judía, musulmana, ortodoxa y tibetana (a través del Dalái Lama), entre otras.

Desde un punto de vista laico, de una persona que se encuentra en los límites del creer y el no creer, Juan Pablo II no es sólo el gran pastor de la Iglesia y el representante de Cristo, sino sobre todo un gigante de la política mundial, un hombre de Estado que ha contribuido a acabar con el indestructible, como así parecía, imperio soviético. Tras la caída de la URSS, aparecieron incluso libros que presentaban a Juan Pablo II como el "exterminador" del totalitarismo comunista. Desde un punto de vista político, se trata, sin duda, del mayor logro de este pontificiado.

El punto de partida de la estrategia política del Papa fue el dar completamente la vuelta a una serie de incuestionables premisas de la geopolítica mundial que tenían su origen en Charles de Gaulle y Willy Brandt y los papas Juan XXIII y Pablo VI: que el comunismo, la Unión Soviética y la división de mundo en dos bloques eran elementos inamovibles y eternos, o al menos incuestionables en un tiempo inconmensurable y real. Ninguno de los líderes políticos del mundo occidental podía imaginar que asistiría en vida a la caída del comunismo.


Y sin embargo, Juan Pablo II, desde su primera peregrinación a Polonia en 1979, empezó a convencer al mundo de que "el comunismo no había marcado para siempre el curso de la historia" y que "la división de Europa era temporal". Se trataba de un pensamiento verdaderamente revolucionario, y esa revolución espiritual pensaba el Papa llevarla a cabo, parafraseando, en parte, las palabras de Stalin, sin divisiones armadas. Sus ejércitos eran únicamente aquellos pensamientos "revolucionarios", y particularmente la idea de los derechos humanos. Tomando como punto de partida la idea de la dignidad del ser humano, puso los cimientos de unos valores comunes para todos los enemigos del sistema, creyentes y no creyentes, como Adam Michnik, Václav Havel, Andréi Sajarov, que rechazaban cualquier compromiso con el régimen y que estaban decididos a luchar por la verdad, la libertad, la solidaridad, y que crearon un frente anti totalitario en los años setenta.

En su primer viaje a Polonia, dijo de forma directa que el orden mundial que había nacido en Yalta era inmoral, injusto e inaceptable. Así fueron interpretadas las palabras "es obligación de la Iglesia, de Europa y de todo el mundo, hablar de estos países y pueblos tan a menudo olvidados" que tienen "derecho a existir y a auto determinarse". Apeló a una política moral, rechazó reducirla a "un cálculo de fuerzas". Recuperó una jerarquía de valores y mostró unos modelos de comportamiento. "No sólo de pan vive el hombre", es decir que, junto a los bienes materiales, existen valores como la dignidad y la verdad. Dejó un país en el que había despertado el orgullo y una sociedad con un nuevo sentimiento de unidad elemental. Es difícil imaginar el movimiento de "Solidaridad" sin Juan Pablo II.

Tras la caída de la URSS, incluso el último dirigente de aquel imperio, Mijaíl Gorbachov, reconoció que "todo lo ocurrido en los últimos años en la Europa del Este habría sido imposible sin el Papa". ¿Puede alguien imaginar una mayor alabanza de la herencia política del pontificiado.

En la experiencia del comunismo que Juan Pablo II tenía, de Polonia y de la Europa del Este, se encuentra la fuente del violento choque con la Teología de la Liberación de Latinoamérica. El Papa temía que las necesidades de "los pobres" en América Latina pudieran volverse contra la libertad, de una manera similar a la que él conocía de su experiencia polaca. Consideraba que la Teología de la Liberación no había sabido sacar conclusiones de la lección de totalitarismo de la Europa del Este. Y sin embargo, el balance del pontificado en este aspecto no deja de ser ambiguo; es imposible no apreciar ciertas paradojas.

Juan Pablo II ha manifestado en muchas ocasiones, y de forma tajante, la prohibición de que los sacerdotes se inmiscuyan en política, por temor a que ello pudiera llevar a diversas manifestaciones de desobediencia e incluso a cuestionar la autoridad papal en asuntos de política (el caso más espectacular fue la amonestación pública al nicaragüense Ernesto Cardenal, ministro en el gobierno sandinista). La paradoja consiste en que quien ha prohibido que los sacerdotes desarrollen actividades de carácter político es el más político de todos los papas de los últimos tiempos.


Al combatir la actividad política de los teólogos de la liberación, Juan Pablo II ha elevado al Opus Dei al rango de prelatura personal. El Opus Dei, al contrario de lo que sucede con los grupos religiosos de los países del Tercer Mundo que defienden la Teología de la Liberación, están empapados de marxismo, es una organización claramente de derechas y anticomunista. El Papa ha utilizado dos raseros diferentes: ha combatido la actividad política de la Iglesia en varios países de América Latina, y al mismo tiempo ha aprobado actividades de ese tipo en países como España o Polonia (durante la dictadura comunista e incluso después, cuando la Iglesia luchaba por la introducción de principios religiosos en la legislación polaca). Uno se pregunta: ¿significa esto que hay actividad política permitida y actividad política no permitida? Y si fuera así, ¿no disminuye eso a la Iglesia, que pasa a alinearse con uno de los grupos de presión? ¿No está esto en contradicción con lo manifestado por el Papa en otros lugares?
Al combatir la Teología de la Liberación, el Papa quería, sin duda, frenar y prevenir el proceso de secularización del clero, que se estaba extendiendo bajo la influencia de diferentes y radicales ideas sociales. Una cada vez mayor secularización de la comunidad católica en el mundo llevaba a la disminución de la influencia de la Iglesia, y ello justificaba la dura política contra los teólogos de la liberación. En respuesta a este fenómeno, el Papa ha querido recuperar de nuevo la idea del humanismo cristiano. Como decía uno de sus biógrafos, el principal objetivo de Juan Pablo II es mostrar a los creyentes del hemisferio occidental "un catolicismo con rostro humano", manteniendo un rechazo absoluto de todas las formas de control artificial de la natalidad, y del acceso de la mujer al sacerdocio.

Paradójicamente, la irreconciliable posición del Papa en estas cuestiones provoca una constante pérdida de fieles de la Iglesia Católica en América Latina y en Estados Unidos a favor de confesiones protestantes y de cultos primitivos. Los evangelistas han conseguido transmitir a sus fieles el sentido de la participación directa en la vida religiosa y civil de sus comunidades. La Iglesia Católica ha perdido esa batalla, ya que se concentra demasiado en el control llevado a cabo por una lejana jerarquía, y en el mantenimiento de unos mandatos doctrinales en sociedes que luchan por sobrevivir.

Juan Pablo II se ha convertido en un símbolo mundial, un símbolo de la fe espiritual en el ámbito de todas las religiones. No hay otro líder, otra personalidad religiosa, que a escala mundial representara un papel como ese Fue recibido de rodillas no sólo en Polonia o en otros países católicos: cientos de miles de personas lo aclaman en Marruecos, el Japón y prácticamente en todo el mundo. Eso sucedió porque, con su personalidad y su ejemplo, transmitía algo que todo ser humano necesitaba y busca en cierta medida, algo más grande que uno mismo, algo que es la llave de un misterio cuya existencia el ser humano presiente, a pesar de que no es capaz de entenderlo. A muchas personas en el mundo, a muchos fieles de distintas religiones, el Papa les dio, de alguna manera, la llave de ese misterio.
Juan Pablo II se escapa a toda posibilidad de ser encasillado ideológicamente. El Papa era un filósofo, un teólogo, un poeta, un dramaturgo, entendía distintas escuelas de pensamiento, tenía en sus manos distintas llaves. Esta aparente disparidad puede ser una gran riqueza. Lo que dice no puede ser interpretado con
Resonancia de su Pontificado
En los últimos días de su vida y tras su muerte, son muchos los logros de este Papa que se han destacado. Respecto de la política mundial, poco antes de su muerte, la BBC comentó, refiriendo una significativa toma de postura de Mijail Gorbachov: "El Papa -le dijo Gorbachov entonces a su esposa Raisa- es la autoridad moral más importante del mundo y es eslavo". El entendimiento entre ambas personalidades sin duda facilitó el camino hacia la democracia en el bloque oriental" En palabras del General Wojciech Jaruzelski, último mandatario en la Polonia comunista, la visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el "detonador" de los cambios Con ocasión de su fallecimiento, el Presidente del Parlamento Europeo, el socialista Josep Borrell, escribía: "Me inclino con respeto ante la memoria de esa gran personalidad que ha marcado de forma determinante la historia del último cuarto de siglo. Imponía el respeto por la claridad de sus opiniones y por la sinceridad de sus continuos esfuerzos en favor de la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y de los derechos humanos. Nadie olvidará sus gestos de apertura y diálogo dirigidos a los representantes de las demás religiones, particularmente durante los encuentros de Asís. La historia recordará el determinante empeño de Juan Pablo II en la reconducción de los Estados de Europa Central y Oriental hacia la democracia y la libertad. Recordará, asimismo, su actividad, a menudo discreta pero decidida, en favor del diálogo entre los pueblos y los Estados en conflicto y por la reanudación de las negociaciones entre los Estados de Oriente Próximo" El Canciller alemán, Gerhard Schröder, declaraba que el Papa había «influido en la integración pacífica de Europa de muchas formas. Por sus esfuerzos y por su impresionante personalidad, ha cambiado nuestro mundo»
Se destaca también su empeño en pro de los derechos humanos: "Su empeño como Pontífice fue no sólo el difundir el Evangelio, sino el transformar el Papado romano en el portavoz de los derechos humanos" - indica un artículo de la CNN citando a Marco Politi, autor del libro "His Holiness"












INTRODUCCION


El Papa Juan Pablo II ha muerto pero ha dejado diversas huellas en la historia por las que será recordado y juzgado. Hay quienes aprecian su tarea de dimensionar mediáticamente el Catolicismo; los hay que agradecen su tarea social contenida en sus grandes y sistemáticas encíclicas donde advierte acerca del mundo que nace desbordado por un liberalismo consumista; los hay quienes critican fuertemente que no hubiera cambiado un ápice en la estructura y funcionamiento de la curia romana; otros ponen de relieve el por ellos llamado “conservadurismo extremo” en temas de sexualidad y de bioética; hay quienes le otorgan el mérito de haber movido o reconocido la muy diversa religiosidad de los jóvenes que lo reconocen a él pero desconocen la iglesia, que se sienten atraídos por su liderazgo pero en lo cotidiano dejan de lado sus enseñanzas. En fin, son “valoraciones” que se hacen, que tienen tanto de largo como de ancho y todas ellas cobijadas bajo un nombre el del Papa Juan Pablo II, que rompió todos los esquemas de la iglesia católica en un mundo que hasta entonces era casi considerado como inalcanzable.
A continuación se enumeran los datos más importantes que fueron peldaños en la vida de toda una personalidad, con el objeto de que cada uno, ajuste la percepción que considere más convincente de la vida de uno de los grandes líderes influyentes de la historia contemporánea.







CONCLUSIONES

ASPECTOS POSITIVOS

Es Juan Pablo II el Papa de los derechos humanos, o el Papa de la era de las Cruzadas. Si alguien realizara en Polonia un plebiscito para establecer quién es el polaco más importante del siglo XX, Juan Pablo II no tendría mayores rivales para alzarse con el triunfo. Inspirador espiritual de la pacífica revolución de "Solidaridad" que tanto fascinó al mundo libre y líder religioso que sin poseer ningún ejército derrotó al imperio soviético. Ésta es la imagen polaca del papa Juan Pablo II.


ASPECTOS NEGATIVOS
La imagen del Santo Padre como tal no es la única imagen de Juan Pablo. Es, en ocasiones, incomprendido, y también despertó críticas e incluso indignación. Para unos, Juan Pablo II es "el Papa de los derechos humanos", para otros, "un Papa de la época de las Cruzadas", que intenta dar marcha atrás al reloj de la historia de la Iglesia.

En el mundo occidental y en América Latina, donde se encuentra la mitad de todos los católicos del globo, el pontificado de Juan Pablo II se encuentra no sólo con el rechazo en los círculos de ateos y agnósticos, sino también en el corazón mismo de la comunidad católica.









INDICE

• INTRODUCCION
• CONTENIDO “JUAN PABLO II, EL PAPA VIAJERO”
• CONCLUSIONES
• BIBLIOGRAFIA

















BLIOGRAFIA

• Winkipedia, página de internet Google. Com
• Giacomo Bittaito. “El hombre que llego a ser Papa”


















RESUMEN

Juan Pablo II (latín: Ioannes Paulus PP. II), Karol Józef Wojtyła (n. Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-† Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005). Papa de la Iglesia Católica, Monarca y Soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1978 y 2005. Anteriormente, había sido Obispo auxiliar (desde 1958) y Arzobispo de Cracovia (desde 1962). Papa número 264 de la Iglesia Católica. Es el primer papa polaco en la historia, y uno de los pocos en los últimos siglos que no nacieron en Italia.
Su pontificado de 26 años ha sido el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, después del de San Pedro (se cree que entre 34 y 37 años) y el de Pío IX).

En 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II sufrió un atentado contra su vida perpetrado por Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. Meses después, fue perdonado públicamente.
A fines de los años 80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el entonces bloque comunista contribuyeron de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este. Se le atribuye la influencia decisiva para la caída del “muro de Berlin”

Su salud se quebrantó en los primeros meses de 2005, cuando tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias.

Falleció el día 2 de abril de 2005 a las 21.37 horas (hora de Italia). Pocos minutos después Monseñor Leonardo Sandri dio la noticia a los peregrinos que llenaban la Plaza de San Pedro y al mundo entero. Sus últimas palabras fueron ¡Amén!.



La biografía oficial del Papa Juan Pablo II

Juan Pablo II, quien por más de 26 años manejó los destinos de la Iglesia Católica y se dio a conocer en el mundo como "El Papa viajero" y "El mensajero de la paz", falleció el sábado 2 de abril, a las 9.37 hora de Roma. El mundo llora a un líder espiritual y político que cambió la historia.



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01/04/2005 - El polaco Karol Wojtyla, primer Papa eslavo de la historia, gobernó la Iglesia católica durante casi 30 años, la hizo entrar en el tercer milenario y quedará en los anales de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI por su carisma, su estilo y sus ideas, a la vez modernas y conservadoras.
Los últimos años de su vida fueron un largo y doloroso combate contra la enfermedad y la decrepitud. Pero el anciano Papa, el único que conocieron las nuevas generaciones, había sido al comienzo de su mandato un hombre lleno de fuerza, un vigoroso deportista que amaba relacionarse con la gente.
Desde el inicio mismo de su pontificado, Juan Pablo II imprimió su marca particular. Su elección al trono de San Pedro, el 16 de octubre de 1978, cuando tenía 58 años, se produjo tras dos días de cónclave y constituyó una sorpresa, ya que su nombre no figuraba entre los favoritos.

Nació con el nombre de Karol Wojtyla, en Wadowice, un pequeño pueblo al sur de Polonia, el 18 de mayo de 1920. Era el segundo de los dos hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska.
Su madre falleció en el año 1929. Su hermano mayor, Edmund, de profesión médico, murió en 1932; y su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941, durante la ocupación de la Alemania nazi.
Wojtyla hizo la Primera Comunión a los 9 años de edad, y a los 18 recibió la Confirmación, en Cracovia, ciudad que a mediados del Siglo XVIII sufrió la ocupación por parte de los rusos y después fue anexada al imperio austríaco.
Cuando Wojtyla terminó los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita, de Wadowice (Polonia), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia (en 1938 ) y también en una escuela de teatro.
La biografía oficial agrega que cuando las fuerzas de ocupación alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar que fuera deportado a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia.
En esa época conoció al célebre actor Mieczyslaw Koltarszyk, creador del teatro Rapsódico, y Wojtyla se unió a su grupo, con el que interpretó papeles de contenido patriótico.
También participó en la resistencia contra Alemania para ayudar a salvar a familias judías. Posteriormente, la situación de Wojtyla se complicó en Polonia y se vio obligado a buscar refugio en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.
En 1942 ingresó en el seminario clandestino que había fundado monseñor Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, y comenzó la carrera de Teología.
El primero de noviembre de 1946 cantó misa en la capilla privada de Sapieha.
Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo "Angelicum", obteniendo el doctorado en Teología con la tesis "El acto de Fe en la doctrina de San Juan de la Cruz".
En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowic, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses.
En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellonica.
El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la Universidad estatal de esa ciudad.
Nombrado profesor de Teología Moral y Etica Social del seminario metropolitano de Cracovia, el primero de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Etica en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublín, en la que dos años después fue nombrado director de la Cátedra de Etica.
El 4 de julio de 1958, a los 38 años, Pío XII le nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Baziak.
A partir del 11 de octubre de 1962, el obispo Wojtyla comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa.
Clausurado el Concilio, el 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las Congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos.
Tras el Concilio publicó "Amor y responsabilidad" y "Mandamientos de la renovación del Concilio Vaticano II". En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente Pablo VI le eligió arzobispo de Cracovia.
El 29 de mayo de 1967 fue creado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la Iglesia Católica, con 47 años.
En agosto de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de 33 días, y el 16 de octubre de 1978 Karol Wojtyla fue elegido sucesor de San Pedro, con el nombre de Juan Pablo II, convirtiéndose, con 58 años, en el Papa más joven del siglo y en el primero no italiano desde el holandés Adriano VI (1552).
Tres días después de su elección viajó a Castel Gandolfo y el 5 de noviembre visitó Asís, el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 3 de diciembre de 1978 visitó la parroquia romana de San Francesco Saverio, la primera de las más de 300 visitadas en la Ciudad Eterna.
El 25 de enero de 1979 comenzó en México y la República Dominicana el primero de sus 104 viajes fuera de Italia. El último fue el pasado 14 y 15 de agosto al santuario mariano de Lourdes, en Francia.
El 4 de marzo de 1979 publicó la encíclica "Redemptor hominis", la primera de las catorce escritas en estos 25 años. La última fue "Ecclesia de Eucharistia", del 17 de abril de 2003.
Juan Pablo II convocó para el 28 de junio de ese año el primero de sus nueve consistorios, coincidiendo con sus 25 años de Pontificado y en el que nombró 31 nuevos purpurados.
A lo largo de sus casi 26 años de pontificado creó un total de 232 cardenales, de ellos uno "in pectore", es decir que mantiene su nombre en secreto mientras así lo considera el Papa.
El 13 de mayo de 1981 resultó herido de gravedad en el abdomen y la mano en un atentado perpetrado por el terrorista turco Ali Agca, lo que desencadenó una serie de dolencias que le llevaron al quirófano en repetidas ocasiones.
Primer Pontífice extranjero después de cuatro siglos y medio de monopolio italiano, el nuevo Papa se enfrentó muy pronto a la Curia romana: enviando al museo de antigüedades la silla gestatoria utilizada por sus antecesores para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle y de las multitudes, sonriendo, dejándose tocar, y alzando a los niños en sus brazos.
El Vaticano y la Plaza de San Pedro pronto le quedaron pequeños al 263º Pontífice de la Iglesia Católica, que salió por el mundo a encontrarse con los fieles. El "Papa peregrino", como lo bautizaron los católicos, recorrió más de un millón de kilómetros en un centenar de viajes al extranjero, y permitió que la blanca imagen del pontífice concentrara una cobertura mediática nunca vista con anterioridad.
Su carisma era evidente. El joven Wojtyla había sido un apasionado del teatro y, de ese pasado, Juan Pablo II había conservado un gran sentido del auditorio, al punto de que cuando se dirigía a las multitudes, cada uno tenía el sentimiento de que el Papa le estaba hablando personalmente.
El éxito fue inmediato, en particular en América Latina, donde los medios de comunicación, particularmente inventivos, lo llamaron "el atleta de Dios", el "caminante del Evangelio", el "Papa peregrino".
Poeta, filósofo, políglota y deportista, Juan Pablo II, en su prolongado mandato, uno de los más largos de la historia de la Iglesia católico, superó numerosas marcas: no sólo fue el Pontífice más viajero, sino también el que proclamó más santos y beatos, de todos los tiempos y de todos los orígenes.
Aunque Juan Pablo II no era muy grande en cuanto a estatura física, pues medía apenas 1,76 metros, los fotógrafos lo convirtieron en un gigante desde los años iniciales de su reino.
Esa imagen imponente perduró hasta el 13 de mayo de 1981, día de la Virgen de Fátima, cuando el extremista de derecha turco Mehmed Ali Agca le disparó tres balazos en plena Plaza de San Pedro.
El Papa se salvó milagrosamente, pero desde entonces comenzó a sufrir problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro, y, desde los años 90, tuvo que sobrellevar la enfermedad de Parkinson.
Esto no impidió que, a fines de los años 80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el ex bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.
Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la guerra de Estados Unidos contra Irak. En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar entre Argentina y Chile cuando se encontraban al borde del enfrentamiento.
Idéntica energía desplegó para aislar y neutralizar a los defensores de la Teología de la Liberación, en América Latina, y para alentar el desarrollo de la influencia de movimientos ultraconservadores, como el Opus Dei, que llegaron a ocupar un lugar influyente en el Vaticano.
Entre los temas capitales que ha abordado en sus encíclicas y en sus numerosos discursos y ensayos están la protección de la vida humana desde antes del nacimiento y la reafirmación de los principios tradicionales de la Iglesia católica en el campo de la moral sexual, sin olvidar la reconciliación con los judíos y la búsqueda de un diálogo con todas las iglesias.

Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada mundial de oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del arzobispo Marcel Lefebvre (1988).
Este año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó la ortodoxa Atenas y entró en una mezquita, la de Damasco, siendo la primera vez que un Pontífice romano pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas mundiales de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires, Santiago de Compostela (España), Denver (ESTADOS UNIDOS), Manila, Czestochowa (Polonia), París y Toronto (Canadá) en el 2002.
La Jornada del Año 2000 reunió en Roma a más de dos millones de jóvenes procedentes de todo el mundo, en la mayor concentración de jóvenes en Occidente.
También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, en diciembre de 1989, que marcó el final de los regímenes comunistas europeos y la normalización de la Iglesia católica en dichos países, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por el presidente Fidel Castro.
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica (1992), fruto del Sínodo especial de Obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Su gran deseo era llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa e introducir la Iglesia en el tercer milenio. Lo consiguió, al igual que su anhelado viaje a Tierra Santa.
En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa. Visitó el Monte Nebo, donde Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 "los derechos nacionales" del pueblo palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994, ofició misa en la Plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.
En el mes de mayo de 2000, en su tercer viaje a Fátima (el último de los cuatro realizados a Portugal), beatificó a Jacinta y Francisco, los dos pastorcillos a los que se apareció la Virgen en 1917 y a petición propia se desveló el tercer secreto de Fátima referido al atentado que Juan Pablo II sufrió en 1981.
Los otros dos secretos, que forman parte de un mismo mensaje, fueron desvelados hace años. Se referían a la visión aterradora del infierno, la devoción al Corazón Inmaculado de María, al final de la Primera Guerra Mundial y comienzo de la Segunda, la conversión de Rusia y el fin del comunismo.
A mediados de marzo de 2004 pasó a ser el tercer Papa que más tiempo permaneció en el trono de Pedro.
Juan Pablo II no ha ido a Moscú, un viaje deseado ardientemente, ya que el patriarcado ortodoxo de Moscú es el más importante y un abrazo con el patriarca Alejo II habría supuesto un gran paso para esa anhelada unidad de los cristianos.
Tampoco ha pisado China, donde los católicos siguen estando perseguidos.
Su fallecimiento
El Santo Padre falleció el sábado 2 de abril, a las 9.37 hora de Roma. Los partes médicos indicaban que su estado iba deteriorándose en las últimas horas por una infección urinaria, agravada por un paro cardiorespiratorio. Una alta fuente del Vaticano había informado la noche anterior que había recibido la unción de los enfermos. Wojtyla fue un incansable peregrino que visitó 134 países. Ninguno de sus antecesores participó tanto en la comunidad internacional. El mundo llora a un líder espiritual y político que cambió la historia.
El Mensaje Oficial de su muerte fue enviado por email y SMS
El mensaje decía: 'El Santo Padre falleció esta tarde a las 21:37 en su apartamento privado. Todos los procedimientos previstos en la Constitución Apostólica 'Universi Dominici Greguis', promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, se han puesto en marcha". Firmado por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls'.

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